lunes, 17 de febrero de 2014

SEGURIDAD PÚBLICA

Inversión negada a la sociedad.

Seguramente estará de acuerdo conmigo, al señalar que una de las bases de desarrollo de cualquier comunidad en el estado, radica principalmente en la seguridad pública.
No podemos concebir una sociedad insegura, viviendo con temor y a expensas de lo que la delincuencia le vaya marcando, cuando que se supone, que las autoridades de cualquier nivel, tienen la obligación invariable de proporcionar seguridad y protección a la sociedad.
Sin embargo, lo curioso del asunto es que, en estos tiempos, son muy pocas las comunidades que cuentan con una policía o un cuerpo de seguridad pública, a la altura de las exigencias sociales, es decir, policías con las suficientes herramientas para salvaguardar la integridad de toda una comunidad, tomando en cuenta, que dichas herramientas no son otra cosa que la preparación, capacitación y entrenamiento para el uso de armas y de relaciones interpersonales, situación que para ser realistas, no encontramos en la mayor parte de estos cuerpos de seguridad pública en todo el estado oaxaqueño.
Entonces ¿quién protege a quien?
De sobra sabemos que una policía desarmada, es blanco perfecto para que atrocidades y abusos se cometan en la sociedad, ¿a quién acudimos para que nos proteja de estos males?
Si tomamos en cuenta y partimos de que los policías también son seres humanos y en ellos recae la responsabilidad de proteger a la ciudadanía, vaya que resulta increíble que el gobierno no les dote de estas herramientas y no se preocupe en consumar proyectos de seguridad para bienestar de los ciudadanos.
¿De qué lado está el gobierno entonces? ¿En donde quedó el proyecto de mando único policial propuesta por el gobierno federal?
Porque será que ninguna autoridad municipal, no haya tenido la iniciativa de impulsar un verdadero cuerpo de seguridad pública con todo lo que pueda representar crear, sostener y mantenerlo, si es cierto pues que esta parte de la administración  pública representa una base solida de desarrollo, porque entonces no se le ha dado la importancia y la atención debida.
No es suficiente el simple hecho de llenar los espacios en este sector, es imprescindible que reciban la capacitación necesaria y que los gobiernos municipales, enfoquen e inviertan los recursos requeridos para tener así, la protección que necesitamos para el gozo de nuestras garantías individuales constitucionales.
Que caso tiene pues, tener todo lo demás en términos de desarrollo, si carecemos de este servicio obligatorio y elemental de las autoridades, el buen funcionamiento de este sector, haría que todos en sana convivencia disfrutáramos de una paz y tranquilidad entorno a la sociedad.
¿Resulta muy caro costear las capacitaciones? ¿Vale la pena invertir en otros rubros y no en la seguridad social? ¿Qué tan preparados estamos para afrontar actos vandálicos si no contamos con una garantía real y segura?
Creo que ya nadie está tranquilo ni en su propia casa y que decir en la sociedad, pero lo más triste de todo esto, es que a nadie se le ocurre exigir que las obligaciones se cumplan y esto ha sido desde siempre, al parecer rehúyen al tocar el tema, cuando que debería ser, parte  del compromiso con la comunidad.
Lo vivido hace días con la noticia que se difundió en las redes sociales, lejos de provocar una psicosis generalizada, debió haber puesto a los funcionarios encargados en el ramo de la seguridad, hacer algún tipo de valoración y análisis en torno al asunto, porque mientras haya sido lo que fuera, el caso es que la población sin duda se vio inerte ante la situación y desesperada porque ninguna autoridad dijo algo al respecto y menos haber actuado en consecuencia.
Si hay que invertir, valdría la pena en hacerlo, la confianza deberá ser garante de la ciudadanía para con sus autoridades, pero si este se pierde, se pierde también el sentido de que podamos ser gobernados y es entonces cuando el rechazo y el hartazgo hace acto de presencia, tal es el caso de los estados en donde la población entera a tomado la determinación de empuñar las armas para defenderse, por la opacidad y la negativa de los gobiernos para enfrentar una problemática que han dejado pasar y los ha rebasado por completo.

Estamos aun a tiempo de reivindicar el tema, depende de todos vivir en paz y en sana armonía, o permitir que todo lo alcanzado con mucho esfuerzo se esfume por la ineptitud y culpa de los gobiernos que en los hechos han mostrado solo intereses propios.