domingo, 12 de enero de 2014

UNA DECISIÓN EQUIVOCADA

No lo sabremos ahora, el tiempo nos dirá si la decisión fue equivocada o no, el hecho es que revisando la historia política de la población, no encontramos algún dato que nos indique  que alguna parentela o  cónyuge del presidente en turno, haya ocupado el cargo en la  tesorería municipal.
Un asunto significativo y por su efecto, algo meramente trascendental, porque hoy en día, es tema de debate en las conversaciones de los ciudadanos Unidalguenses.
En la Ley Orgánica Municipal del estado de Oaxaca (decreto 996 publicado el 28 de febrero del 2012 en el periódico del gobierno del estado) contundentemente señala lo siguiente:
ARTÍCULO 91.- Para ser titular de las dependencias municipales se requiere: 
VI.- No ser cónyuge ni tener parentesco consanguíneo en línea recta sin limitación de grado, por afinidad o colateral dentro del cuarto grado de los miembros y demás servidores públicos del Ayuntamiento. Este requisito podrá ser regulado por la asamblea comunitaria en los municipios que se rijan por el sistema de usos y costumbres; y 
VII.- No tener relación, ni su cónyuge o sus hijos, con los miembros del Ayuntamiento, nacida de algún acto sancionado por la costumbre. 
Una clara violación fragrante de un proceso jurídico y normativo que rige los destinos de un estado como el nuestro donde todo es posible.

Resalta y enmarca igualmente en su Artículo 93,  lo siguiente: “La tesorería municipal, es el órgano de recaudación de los ingresos municipales y responsable de realizar las erogaciones que haga el Ayuntamiento. Estará a cargo de un Tesorero Municipal, que deberá ser preferentemente un profesionista con conocimientos de administración y contabilidad”. 

Concepto que en las últimas administraciones al igual que en esta, no ha sido respetada a cabalidad; un asunto que probablemente sea de menor importancia ya que las leyes en ocasiones se quebrantan y se manejan a modo.  
Dicha noticia se ha expandido muy rápido y las críticas no se han hecho esperar; con ello las dudas en torno al proceso electoral se disiparon, anunciando que efectivamente, ahora sí, el cambio seguro había arribado al poder.

Será difícil conocer y comprender las verdaderas razones que llevaron a esta toma de decisiones, sobretodo, para una posición tan importante como la tesorería, donde fluyen los recursos y en donde también, se concentra el motor que pone en marcha a cualquier municipio del país mediante su buen manejo y aplicación.
Ojala que, así como se ha respetado esta determinación por parte de la ciudadanía porque no queda de otra, se respete también, la opinión y la crítica de muchos que nos parece que con esta designación, se da un golpe certero a la confianza y la buena voluntad de quienes depositaron  en las urnas electorales la esperanza de un cambio real, sin tapujos, honesto y transparente.
Entonces los cuestionamientos afloran, ¿Quién se encargara de liderar la otra parte del trabajo y el cual el presidente tiene muy poca injerencia?; es decir, quien se hará cargo de la parte asistencialista, humanista y hasta cierto punto de sensibilidad social, para el impulso de programas que ayuden a los sectores vulnerables y que invariablemente recae en el sistema DIF, el cual representa uno de los brazos fuertes de toda administración publica y que mantiene la comunicación cercana con la ciudadanía.
La tarea hasta cierto punto, no será compartida, puesto que la balanza, solo se inclinara en el poder y los recursos financieros, haciendo de lado, esta parte proporcional y complementaria de una autoridad, muy a pesar de que, dichos espacios se cubran, la ausencia de la figura principal, hará que la desconfianza se dispare y que el sistema de gobierno funcional a partir de ahora y en adelante, será oligárquico, pues el manejo solo se centrara en ciertos aspectos del poder y en manos de muy pocas personas.
Lo curioso del caso, es que nadie, absolutamente ninguno de los que forman parte del equipo del poder, levanto ni ha levantado la voz para opinar lo contrario, dejando en claro, que la ciudadanía no tendrá en ellos a los aliados que requiere y que defiendan posturas que dañan el ánimo colectivo.
¿Conformismo o lealtad? ¿Conveniencia o sumisión? ¿Dónde queda entonces el firme compromiso de servir a la sociedad?.
Es muy poco el tiempo transcurrido, es cierto, pero ya las apuestas ciudadanas son negativas, esperemos estar equivocados y que se demuestre a costa de los errores y de los aciertos, el hecho de que fue una buena elección el nuevo modelo de gobierno que tenemos, un modelo que se ha registrado en los anales de la historia y que será ella misma la encargada, de hacernos sentir orgullosos o simplemente de volver decepcionados a los próximos procesos electorales.
Lo que se vino guardando con celo y cautela, al final se hizo público a través de los medios de información, queda pues la espera que representan estos tres años para poder debatir en cuanto a lo que se realizo para la proyección social, el pasado es ya historia, el futuro resulta incierto, el presente es lo que importa y es en base a nuestro presente en combinación con lo pasado y lo que nos espera más adelante, es que podemos decir que ojala y que la decisión tomada por encima del que decir social; no haya sido equivocada.