martes, 17 de diciembre de 2013

MÉXICO

 Pobreza, Marginación y Olvido

Imágenes que rondan por todos los medios y que presentan escenarios desgarradoras, conmovedoras y que sintetizan una realidad que con los años, sigue abonando, desigualdad, hambre, miseria y algo aún más peor; violencia.
La pobreza en México, es sinónimo de abandono, de putrefacción que no alcanzan a ver los gobernantes, de una abismo caótico que no se ha logrado remediar, una diferencia de clases bien marcadas, donde el más poderoso es el que posee riqueza y el que domina al debilucho que ni siquiera tiene como sostenerse económica y socialmente hablando.
Así de profundo es esta división, duro, revelador y triste, es el Mexico que pretende entrar al primer mundo y que se ha vuelto un territorio obsesivo para otros países que aún siguen clavando el yugo de la conquista y la explotación.
Imágenes de un México “moderno”, pero relativamente pobre, porque más de la  mitad de sus habitantes, viven en esas condiciones, en ocasiones infrahumanas y  en otras ni siquiera viven para contar su desgracia.
¿Fallas estructurales?,¿ políticas públicas a modo? ¿Ineficiencia gubernamental? ¿Corrupción?
Cual será entonces las causas de que sigamos cada vez peor,  a quien habría que retribuirle la culpabilidad de estas condiciones o ¿acaso es necesario que los pobres existan para que los ricos persistan?
Incongruencias que no logramos entender y que acribillan letalmente las formas posibles para que salgamos de este fango, de donde históricamente no hemos logrado salir.
Parámetros y cifras que obligan a la reflexión. Tan solo en este 2013, en México, los números ascendieron a un millón de pobres que se suman a la larga lista, siendo nuestro país, el único en América Latina en donde hubo tal incremento en comparación con otros países de la zona.
¿Entonces, porque presumir de que vamos avanzando?
El gobierno mexicano y toda la circunferencia que lo rodea, no se percatan o no quieren percatarse, que vivimos en un país geométricamente desigual, altamente degradado por la violencia y la marginación de quienes viven al día, con un salario paupérrimo que no alcanza para la atención de los servicios básicos y ni siquiera para comer.
Miles y miles de personas agrupadas en comunidades alejadas, en  donde enfermarse es un suicidio, en donde vestirse es una procesión y en donde la educación, es simple ilusión.
Esto es lo que nuestros orgullosos y valedores políticos se niegan a reconocer, es la otra mitad del mundo mexicano; donde el gobernador del Banco de México se reembolsara más de $800,000, por concepto de aguinaldo, cifra que pudiera alimentar a por lo menos 8000 indigentes.
Así de abultado es la nómina burocrática y de altos funcionarios que se aprovechan de todo sin perder oportunidad, de una clase política que ha encontrado una forma cómoda de vivir y de exterminar los recursos de la nación. Una clase social enmarcada en la cima de la pirámide, sin miramientos hacia abajo, en ese lugar donde se concentra la mayor parte del capital humano en épocas de elección.
Mientras; los de abajo, los agachados, los que viven en el ahora, los que no piensan en el que pasara mañana, los que sus sueños de grandeza se desvanecen por la enorme crisis laboral que existe, los que piden justicia social y a quienes nadie escucha, todos quienes viven con $ 64.00 al día, sin seguridad ni derechos laborales, para ellos,  este fin de año será lo mismo como los otros que han pasado, con vicisitudes, enfermedades, desnutrición, y más desesperanza a cuestas.
El aguinaldo que por derecho nos asiste, en estos lugares nunca llegara y por consiguiente la cena de navidad y año nuevo, algo que quizás, jamás han conocido.
Para el 2014, las expectativas no son tan alentadoras, al parecer todo será igual o peor a este año que está feneciendo. Lo cierto es que, la pobreza seguirá ahí porque nunca se ha ido, los políticos y sus políticas de asistencia no han podido abatir el problema, solo apaciguarla.

Ellos seguirán incrementando fortunas, los otros acumulando historias que nos rompen el alma.