Luego de platicar vía telefónica
con un ciudadano común de mi tierra Gubiña, logre entender varias cuestiones
que envuelven a nuestra sociedad y que como consecuencia arroja, el hecho de
que estamos como estamos, gracias a que nadie valora la condición actual del
municipio.
Entendí, que a pesar de estas
condiciones, existen personajes que siguen defendiendo posturas y acciones de
quienes nos han gobernado y que nunca
supieron conducir el desarrollo de la comuna; porque si algo habría que
reconocerle a la población es que, se sigue quedando en el camino ante el
inminente progreso de otros pueblos del istmo.
Palabras como la que escuche al
otro lado del auricular, enmarca el conformismo, la poca visión ciudadana de
exigir a los gobernantes y la de solapar mediante el silencio y la apatía, el
enriquecimiento de funcionarios que a la
luz pública se convierten en los nuevos caciques potentados, de forma fácil y
sin el mínimo esfuerzo laboral.
Varias fueron las preguntas que
me hice y las cuales no logre responder; comprendí entonces, que el valor de
las criticas no tienen sentido ante nadie, puesto que, la realidad supera el
entendimiento social y solo se aprecia que muchos seguimos agachados sin mirar
el medio que nos rodea y que al final de cuentas, poco importa cuando se ven
envueltos los beneficios del poder.
La oportunidad de servir la han
tenido varios que han llegado a gobernar, pero ¿en realidad han sabido ser
buenos gobernantes o eficientes administradores de los recursos? ¿Han superado
las expectativas conforme a sus promesas? o ¿las complicidades será a partir de
ahora, los nuevos modelos para llegar al poder?
Hoy, un nuevo gobierno despacha
en el palacio municipal y se espera algo diferente a las administraciones
anteriores, a seis días de tomar posesión, las piezas siguen acomodándose y
deseamos que esta etapa pronto termine para comenzar con el trabajo verdadero
de beneficio social; esperemos!!
Las dudas se irán disipando con
el tiempo, los ciudadanos tenemos un aliado importante en el, porque es quien
nos dirá si la voluntad fue acertada o no, será el tiempo quien indique la ruta
a seguir y los comentarios a decir, de acuerdo a lo que el entorno traduzca.
Esperemos encontrar al liderazgo
que desde hace años necesita el pueblo Gubiña, al líder que tenga los
suficientes argumentos para transformar y consolidar con hechos, acciones que
impulsen y que motiven un cambio verdadero.
Un liderazgo cercano a la gente,
operativo, congruente y tolerante, que no se deje influenciar por los intereses
y las componendas que lo arroparon en el proceso electoral.
Esas deberán ser las principales
cualidades conductoras de desarrollo, porque un buen líder es aquel que también
vive en carne propia, lo que el ser semejante vive por las inclemencias del
abandono y de las desigualdades, por la falta de los servicios básicos y por la
alta ansiedad de quienes solo se adentran al poder público, para vaciar los
recursos y para burlarse de muchas confianzas.
Entiendo entonces, que a muchos
hiere la libertad de prensa, la libre expresión fundada en principios, valores
y realidades, la libertad de juzgar con sapiencia lo que se mira y lo que en un
entorno social, no se puede ocultar con obras de muy mala calidad.
Entiendo también, que obtener con
esfuerzo tu patrimonio, te hace dependiente y libre de externar tus opiniones,
que mientras más cerca llegues a desnudar la realidad, mas petardos recibirás
de aquellos que comparten la idea de seguir en las mismas condiciones en un
lugar como el nuestro, convertido en un paraíso de las frivolidades y donde
sencillamente no pasa nada, aun cuando la realidad, supera por mucho las
palabras criticas.
Asumimos pues, el papel como tal,
sin complacencias ni chantajes, nuestra carta magna está más que claro, las
libertades son postulados inviolables e inquebrantables. Seguiremos recibiendo
llamadas tras llamadas, de quienes viven en el pasado, de quienes el pueblo es
lo menos importante, pero si, la más negociable, conformismo multiplicado por
conformismo, agachados, sin la mínima intención de voltear alrededor y
denunciar públicamente, que estamos atorados por culpa de nuestro propio
desinterés social. Y esto resulta todavía peor, porque nos volvemos cómplices
de aquellos que han lastimado el terruño en donde nuestros hijos crecerán
rodeados de las mismas cosas, porque nosotros jamás tuvimos el valor siquiera,
de heredarles algo mejor.
Tú tienes la última palabra, tu y solo tú, tienes el poder
de transformar y abrirle las puertas a las generaciones nuevas, porque las que
han pasado, nos quedaron mucho a deber.