lunes, 13 de enero de 2014

LA VISIÓN DE UNA SOCIEDAD AGACHADA

Luego de platicar vía telefónica con un ciudadano común de mi tierra Gubiña, logre entender varias cuestiones que envuelven a nuestra sociedad y que como consecuencia arroja, el hecho de que estamos como estamos, gracias a que nadie valora la condición actual del municipio.
Entendí, que a pesar de estas condiciones, existen personajes que siguen defendiendo posturas y acciones de quienes  nos han gobernado y que nunca supieron conducir el desarrollo de la comuna; porque si algo habría que reconocerle a la población es que, se sigue quedando en el camino ante el inminente progreso de otros pueblos del istmo.
Palabras como la que escuche al otro lado del auricular, enmarca el conformismo, la poca visión ciudadana de exigir a los gobernantes y la de solapar mediante el silencio y la apatía, el enriquecimiento de funcionarios que  a la luz pública se convierten en los nuevos caciques potentados, de forma fácil y sin el mínimo esfuerzo laboral.
Varias fueron las preguntas que me hice y las cuales no logre responder; comprendí entonces, que el valor de las criticas no tienen sentido ante nadie, puesto que, la realidad supera el entendimiento social y solo se aprecia que muchos seguimos agachados sin mirar el medio que nos rodea y que al final de cuentas, poco importa cuando se ven envueltos los beneficios del poder.
La oportunidad de servir la han tenido varios que han llegado a gobernar, pero ¿en realidad han sabido ser buenos gobernantes o eficientes administradores de los recursos? ¿Han superado las expectativas conforme a sus promesas? o ¿las complicidades será a partir de ahora, los nuevos modelos para llegar al poder?
Hoy, un nuevo gobierno despacha en el palacio municipal y se espera algo diferente a las administraciones anteriores, a seis días de tomar posesión, las piezas siguen acomodándose y deseamos que esta etapa pronto termine para comenzar con el trabajo verdadero de beneficio social; esperemos!!
Las dudas se irán disipando con el tiempo, los ciudadanos tenemos un aliado importante en el, porque es quien nos dirá si la voluntad fue acertada o no, será el tiempo quien indique la ruta a seguir y los comentarios a decir, de acuerdo a lo que el entorno traduzca.
Esperemos encontrar al liderazgo que desde hace años necesita el pueblo Gubiña, al líder que tenga los suficientes argumentos para transformar y consolidar con hechos, acciones que impulsen y que motiven un cambio verdadero.
Un liderazgo cercano a la gente, operativo, congruente y tolerante, que no se deje influenciar por los intereses y las componendas que lo arroparon en el proceso electoral.
Esas deberán ser las principales cualidades conductoras de desarrollo, porque un buen líder es aquel que también vive en carne propia, lo que el ser semejante vive por las inclemencias del abandono y de las desigualdades, por la falta de los servicios básicos y por la alta ansiedad de quienes solo se adentran al poder público, para vaciar los recursos y para burlarse de muchas confianzas.
Entiendo entonces, que a muchos hiere la libertad de prensa, la libre expresión fundada en principios, valores y realidades, la libertad de juzgar con sapiencia lo que se mira y lo que en un entorno social, no se puede ocultar con obras de muy mala calidad.
Entiendo también, que obtener con esfuerzo tu patrimonio, te hace dependiente y libre de externar tus opiniones, que mientras más cerca llegues a desnudar la realidad, mas petardos recibirás de aquellos que comparten la idea de seguir en las mismas condiciones en un lugar como el nuestro, convertido en un paraíso de las frivolidades y donde sencillamente no pasa nada, aun cuando la realidad, supera por mucho las palabras criticas.
Asumimos pues, el papel como tal, sin complacencias ni chantajes, nuestra carta magna está más que claro, las libertades son postulados inviolables e inquebrantables. Seguiremos recibiendo llamadas tras llamadas, de quienes viven en el pasado, de quienes el pueblo es lo menos importante, pero si, la más negociable, conformismo multiplicado por conformismo, agachados, sin la mínima intención de voltear alrededor y denunciar públicamente, que estamos atorados por culpa de nuestro propio desinterés social. Y esto resulta todavía peor, porque nos volvemos cómplices de aquellos que han lastimado el terruño en donde nuestros hijos crecerán rodeados de las mismas cosas, porque nosotros jamás tuvimos el valor siquiera, de heredarles algo mejor.

Tú tienes la última palabra, tu y solo tú, tienes el poder de transformar y abrirle las puertas a las generaciones nuevas, porque las que han pasado, nos quedaron mucho a deber.