martes, 21 de enero de 2014

¿PEMEX EN REALIDAD, ES DE TODOS LOS MEXICANOS?

Bajo este cuestionamiento partimos, para iniciar una serie de opiniones encontradas que se ha venido dando en el  país, donde  el gobierno en turno y los antecesores, han presumido y no se han cansado de hacerlo por cierto, de que la paraestatal PEMEX, le pertenece a los mexicanos.
Muy a pesar de que esta empresa aporta un porcentaje importante en el Producto Interno Bruto  de la nación, el sentido de pertenencia es otra, es una cuestión efímera y fuera de lugar, es decir, las aportaciones regularmente se ven reflejadas o invertidas en otros lugares, con un manejo discrecional y oscuro que en muy pocas ocasiones, el bolsillo de los ciudadanos llegan a sentir dichas utilidades.
Entonces, si se dice con la boca llena que Pemex nos pertenece a todos, ¿Por qué solamente un grupo de personas tienen su control? y ¿por qué no fuimos consultados como dueños de los recursos que aparentemente somos, de la muy mencionada Reforma Energética? o ¿por qué las comunidades más pobres del país no han visto algún tipo de beneficio económico o de infraestructura en su haber?
Se entiende pues, que los recursos obtenidos por la venta de hidrocarburos, regularmente se ven  manoseado en un grado muy alto por los intereses del gobierno, de la dirección de Pemex y del propio sindicato petrolero, este ultimo por cierto, convertido hoy en día y desde hace mucho, en cómplice del sistema gubernamental y que fusionados todos, engendran el espectro de corrupción y de componendas más grande que existe en México y en América latina.
La reforma energética, aprobada y discutida por su contenido, viene en apariencia, a destrabar y revisar todo el esquema operativo de Pemex, como se mueve dentro y fuera del país, cuanto produce y cuanto gasta en contratos para el mantenimiento de todo su activo fijo, en la transportación de personal, materiales e hidrocarburos, así como de las utilidades compartidas que con esta nueva reforma, el estado mexicano y Pemex obtendrán ganancias por concepto de la renta petrolera, con empresas privadas extranjeras y nacionales, por la exploración y explotación de las reservas de petróleo que se concentran mayormente en el golfo mexicano.
Las primeras  secuelas de esta reforma, se verá reflejado en la inminente amenaza de un  despido masivo  de trabajadores y que en complacencia con el sindicato, fue acordado para que dicho vendaval laboral comience a dar sus primeros resultados, muy a pesar de la negativa expresado en los medios por parte de la dirigencia y de la dirección de PEMEX del asunto, esto parece inevitable.
Pemex gas y Petroquímica básica, Pemex petroquímica, organismos subsidiarias de la paraestatal, serán las primeras que resientan dichos despidos, debido a que fiscal y contablemente no son ya redituables, es decir, en los últimos años, han operado con números rojos, situación que económicamente no respalda ni justifica su permanencia.
Por ello, la determinación de comenzar a  reajustar estos rubros de Pemex en donde  el sindicato petrolero se ha visto arrinconado y debilitado, cosa que no es para menos, debido a que los dirigentes decidieron quedarse con toda la prebenda recibida por la dirección de Pemex y por los trabajadores mediante las cuotas sindicales, a cambio de la sumisión y del conformismo ante el gobierno de Peña Nieto, quien ha sabido doblegar y poner en cintura a estos lideres potentosos que lo único que han hecho es enriquecerse a costa de los malos manejos en el interior del sindicato.
Se prevé que con la reforma energética, se rompa con la supuesta autonomía de este sindicato porque el propio gobierno mediante Pemex, podrá llegar a tener el control en el manejo laboral y económico de la organización sindical. Un organismo que maneja actualmente un aproximado de 150,697 trabajadores de los cuales 101,000 son sindicalizados y casi 50,000 son de confianza o transitorios.
¿Entonces podemos presumir que PEMEX es de todos los mexicanos?
Algo muy cuestionable sin duda, más aun cuando en los últimos años, el mismo dirigente del sindicato se ha visto envuelto en una serie de escándalos, como el financiamiento de la campaña priista del año 2000, el famoso Pemexgate, algunos lujos que se le conoce, así como la desfachatez de sus hijos, quienes presumen ostentosamente sus aficiones como el Ferrari Enzo, que circulo por las redes sociales, entre muchos actos de corrupción en la que se ha envuelto, sin que ninguna autoridad hasta el momento haya hecho algo para detenerlo, por el fuero que lo ampara actualmente y que lo vuelve inmune para algún tipo de proceso judicial o de revisión por parte de las autoridades fiscales. Impunidad descarada en su máxima expresión
Se decía que Romero Deschamps, tendría el mismo destino que la maestra Gordillo, su homologo en el SNTE, pero al parecer, decidió mejor pagar el alto precio de sumirse en las venias del gobierno, que salirse del huacal político y respaldar sin ningún tipo de objeción ni adición, a la reforma energética.
En conclusión, queda más que claro, a quien le pertenece Petróleos Mexicanos, el dueño real es aquel pequeño grupo de mal nacidos mexicanos, que mediante el poder y las canonjías, han ordeñado y controlado sin miramientos, las arcas de una empresa que debería beneficiar a todo el país.
PEMEX es propiedad privada y no de la sociedad mexicana, es del gobierno en funciones y de la dirigencia, es del líder sindical y de los extranjeros, es de los políticos corruptos y de los magnates, es de esa diminuta parte de la nación, en donde ningún ciudadano común tiene cabida, en donde ninguna comunidad indígena tiene injerencia y en donde más de los 60 millones de pobres del país no llegan todavía a recibir algún beneficio.
Es preocupante entonces la situación imperante, en donde aun y duele mucho decirlo, muchos de nosotros seguimos con la cabeza agachada, con la dignidad por los suelos y pisoteado por los políticos que en el discurso vacio y demagógico, han encontrado la forma para manipularnos.
Que no digan pues, que Pemex es de nosotros, porque hasta ahora solo nos demuestran lo contrario.

¿Cuándo llegara el día en que levantemos la cabeza?