miércoles, 14 de julio de 2010

EL PODER DE LA TV.


Desde su invención, la televisión ha jugado un papel sumamente importante en la cuestión de enajenación hacia los televidentes, un moustró tecnológico creado para otros fines y que ha sido capaz de devorar conciencias y desequilibrar aspectos políticos en el país.

Monopolios que se han consolidado al calor de un régimen gubernamental que a lo largo de la historia desde que este medio masivo fue apropiado por los particulares, solo ha sido un televidente más dentro de este círculo vicioso de la televisión.

El poder alcanzado por los dueños de estas corporaciones tecnológicas no tiene límites, tanto que, políticos, empresarios, gobiernos y que decir de los teleespectadores, que se postran a la voluntad de lo que dicta estos poderosos personajes.

La televisión ha servido en la actualidad solo para una cosa: para desviar la atención de la ciudadanía respecto a la realidad social, es decir, los programas o formatos televisivos que se manejan durante una jornada televisiva, solo sirven para empalagar la mente de los televidentes puesto que dichos programas no son muy útiles que digamos como para ser complemento en el desarrollo humano.

La cultura, la credibilidad en los noticieros, la censura de la verdad, los programas científicos, literarios, etc. carecen de presencia en la televisión y si las hay, solo esporádicamente, como para taparle un ojo al macho como coloquialmente se dice.

Las novelas, los concursos de esto y de aquello, los programas de chismes y “entretenimiento” y una ensarta de babosadas, es la que cunde actualmente en la televisión, además que crea estereotipos a seguir para ser imitados por todos y son uno de los promotores de la bulimia y anorexia con las “personalidades” del mundo del espectáculo que proyectan, vanidad y pura vanidad, solo eso.
¿Que beneficio nos puede traer entonces esas cuestiones?

Nada en lo absoluto.

Pareciera que la misión de la televisión es precisamente, ofrecer un vacío con programas entupidos que solo entorpecen la mente y manipulan a su antojo las preferencias que en su momento el televidente podría tener.

El poder mediático de la TV ha sido fundamental para beneficio de sus socios y accionistas, pero en varias ocasiones para perjuicio de otros como por ejemplo: la clase política de la nación.

Estos políticos que en teoría deberían de legislar y velar por los intereses de millones de mexicanos, se preocupan mas por su relación con los medios- por aquello de la imagen publica- en vez de la ciudadanía, porque por experiencia saben ellos que su popularidad depende de lo que la televisión diga a favor o en contra de sus acciones.

Otro claro ejemplo es que, la TV puede crear y despedazar candidatos, incluso el de la presidencia de la republica, basta con seguir la vida novelística de Peña Nieto para darse cuenta, o la del cómico Vicente Fox, que solo han sido simples productos de mercado y no verdaderos agentes de la política.

Esta claro entonces, que la TV juega un papel importante en la conciencia de todos los mexicanos, lastima que sea para beneficio de algunos cuantos, el monopolio y el gran poderío mediático construido a lo largo de la historia seguirán prevaleciendo en el país, en tanto no sigamos el consejo del buen Olallo dicho en sus Podcast.

Apaga la TV. y enciende tu conciencia.

Al tiempo