Es muy cierto cuando se dice que todos llevamos un niño o los sentimientos de un infante dentro de nosotros.
Y es que, las emociones que sentimos al recordar pasajes de nuestro destello infantil, nos hace precisamente envolvernos en esta apreciación.
Quien ha olvidado esos momentos cuando se anunciaba la llegada de algún circo en la comunidad, un éxtasis emocional se formaba en el entorno que nos rodeaba en esos instantes.
Me anime a escribir este comentario, porque no solo de cuestiones políticas ni asuntos amargos relacionados con los politicos hacemos en esta columna, si no que también todo lo concerniente al entorno del ser humano y de la sociedad, además que me pareció fundamental el hecho de recordar que también en algún espacio del tiempo vivido, fuimos parte de esa aventura de la niñez y querámoslo o no, sigue plasmado en nuestros corazones.
El placer que siento al redactarles esto, llegó en el momento de ser espectador visual mediante la pantalla de mi computadora, del espectáculo mundial que representa el CIRCO DU SOLEIL.
Grandes acróbatas bien capacitados, una mezcla de luz y sonido que te envuelve y te va proyectando esa alegría y sentimiento que de niño acurrucabas en el corazón.
Todo un espectáculo performance donde la música te lleva de la mano hasta llegar, incluso a formar parte de este enorme proyecto de entretenimiento.
Claro que me hubiera gustado poder ser espectador ocular y físico de esto que les comento, creo que las posibilidades son efímeras, sin embargo da lo mismo observarlo en la pantalla.
Ojala y en algún momento tengan la oportunidad de poder extasiarse con este espectaculo en video, creanme, es algo que les despertara los sentidos y los transportara en esos momentos tan hermosos cuando junto a los amigos disfrutaban del impacto que genera el circo.
Hoy me toco a mi recordar los pasajes de mi infancia, quizá ti te suceda lo mismo al momento de degustar de este gran espectáculo.
Mientras tanto, déjenme presumir este sentimiento, con aquellos que comparten la idea, que todos llevamos un niño dentro.
Y es que, las emociones que sentimos al recordar pasajes de nuestro destello infantil, nos hace precisamente envolvernos en esta apreciación.
Quien ha olvidado esos momentos cuando se anunciaba la llegada de algún circo en la comunidad, un éxtasis emocional se formaba en el entorno que nos rodeaba en esos instantes.
Me anime a escribir este comentario, porque no solo de cuestiones políticas ni asuntos amargos relacionados con los politicos hacemos en esta columna, si no que también todo lo concerniente al entorno del ser humano y de la sociedad, además que me pareció fundamental el hecho de recordar que también en algún espacio del tiempo vivido, fuimos parte de esa aventura de la niñez y querámoslo o no, sigue plasmado en nuestros corazones.
El placer que siento al redactarles esto, llegó en el momento de ser espectador visual mediante la pantalla de mi computadora, del espectáculo mundial que representa el CIRCO DU SOLEIL.
Grandes acróbatas bien capacitados, una mezcla de luz y sonido que te envuelve y te va proyectando esa alegría y sentimiento que de niño acurrucabas en el corazón.
Todo un espectáculo performance donde la música te lleva de la mano hasta llegar, incluso a formar parte de este enorme proyecto de entretenimiento.
Claro que me hubiera gustado poder ser espectador ocular y físico de esto que les comento, creo que las posibilidades son efímeras, sin embargo da lo mismo observarlo en la pantalla.
Ojala y en algún momento tengan la oportunidad de poder extasiarse con este espectaculo en video, creanme, es algo que les despertara los sentidos y los transportara en esos momentos tan hermosos cuando junto a los amigos disfrutaban del impacto que genera el circo.
Hoy me toco a mi recordar los pasajes de mi infancia, quizá ti te suceda lo mismo al momento de degustar de este gran espectáculo.
Mientras tanto, déjenme presumir este sentimiento, con aquellos que comparten la idea, que todos llevamos un niño dentro.
