sábado, 16 de octubre de 2010

EL FACTOR ECONOMICO Y SU PODER


El esquema del quehacer político en la actualidad se encuentra desvirtuado por una serie de interrogantes que rodean a la clase política del país.
Misterios que engrosan la desconfianza de una sociedad cada vez más alejada de los partidos y de los políticos en general.
Una realidad que va en aumento y que ocupa y preocupa a estos personajes habidos de hacer lo que sea necesario para no perder el capital político y financiero que representamos los ciudadanos.
Una variante utilizado y de buena forma por estos mencionados institutos y/o políticos, radica en la operación y manejo financiero, es decir, en el poder que representa el uso indiscriminado y mediático del dinero en las ya desgastadas campañas a puestos de elección popular.
El dinero hoy en día, es factor determinante para inclinar la balanza entre uno u otro candidato, importando un comino la visión transformadora o los proyectos de desarrollo que necesitan las comunidades del país.
El dinero lo puede todo, así reza un dicho popular, y si, desgraciadamente el dinero puede comprar en múltiples ocasiones, la conciencia y la dignidad de los ciudadanos aprovechándose de la condición económica que lacera en las familias mexicanas.
Es así como el poder económico, ha rebasado los límites inclusive de la legalidad y se ha alejado de la verdadera razón de hacer política abierta, con propuestas y con discursos convincentes.
Vale más seguir apropiándose de la buena voluntad de los ciudadanos, mediante engaños, dádivas y prebendas que ponen a prueba la carente persuasión que existe en la afamada clase política.
Es recurrente estas prácticas y mañas electoreras que se utilizan en cada elección y seguirá así en tanto nosotros hagamos más grande el problema, porque hablando con honestidad, ya somos parte de ello desde hace muchos años.
Los intereses populares están muy por debajo de las aspiraciones de aquellos que se han burlado de la sociedad, los discursos demagógicos no han perdido su esencia y siguen siendo los mismos en lo que va de estas dos décadas, la llegada del siglo XXI y en contraste con la mal lograda alternancia en el país, no han significado mucho para que las cosas cambien en los rincones de esta nación, al menos, la practica política sigue sin rendir frutos.
Los millones de pobres, seguirán siendo más pobres y en espera de la justicia social, la juventud se verá más rebasada ante la falta de oportunidades orillándolos a que se enfilen abiertamente a la delincuencia, la planta laboral cada vez en decadencia y qué decir de las comunidades, cada vez mas saqueadas por oportunistas y vividores que solo rezan sus propias oraciones financieras.
Todo esto amigos, seguirá siendo el libreto que nos toque dar lectura, en tanto no dejemos de lado la apatía y la falta de unidad que nos despedaza como nación.
Mientras permitamos que el poder económico y la compra de conciencias sigan manchando y atentando nuestra integridad como seres humanos; todo seguirá igual.
En este sentido y para provecho de la clase política mexicana; el fin justificara los medios.
Al tiempo.