lunes, 26 de abril de 2010

UNA BREVE REFLEXION


La nostalgia es inevitable en este tipo de trabajo, despedirte de los tuyos con la incertidumbre si el regreso será concretado, o si el destino te depara alguna sorpresa en el trayecto de tu viaje.

Literalmente encerrados a expensa de lo que la mar y el mundo de acero que nos rodea te indique el paso a seguir, despertar con el miedo de no volverlo hacer jamás, trabajar con jornadas en ocasiones amplias y con la ilusión a cuestas de llevar el sustento a la familia que en casa aguarda tu llegada.

Así es el trabajo en plataformas, por lo que aquí se desarrolla, todos los días se convive con el peligro inminente de una tragedia, sin embargo no hay de otra, éste, al igual que otros trabajos, implican su alto contenido de riesgo y dificultad, con la diferencia que aquí, no hay ni por donde correr; en fin, es lo que hemos escogido y aquí seguiremos mientras tanto.

Varias veces la soledad contrasta con la mirada al horizonte, todo alrededor es azulado, por ratos verdoso, cuatro puntos cardinales que indican el centro donde estamos ubicados, lejos de tierra firme, lejos del ser querido, pero cerca muy cerca de nuestro intimo compañero…el peligro.

El ruido generado por las maquinarias es insoportable, irrumpen varias veces el sentido del oído, estresante situación, intranquilos por el ambiente, sin que nada nos quite el reto que empuñamos en cada jornada laboral.

Por doquier se ven arterias de tuberías que se entrelazan entre si, gigantescas columnas de hierro que emite un destello impresionante, que a lo lejos pareciera un insignificante fósforo en el agua; quemador ecológico es el nombre técnico de estos gigantes que como centinela, custodian los centros donde se procesan y extraen millones de barriles de petróleo; benéfico dicen, económicamente hablando para la nación; no se que tan acertado sea esta apreciación y que tan cierto es que PEMEX, sea de todos los mexicanos, cuando que varios de los que portan el overol, de esta “nuestra empresa”, nos miran y tratan como si fuéramos inferiores a ellos, cuando que aquí, estando a merced de lo que la mar dicte y en caso de una tragedia, los colores no importan.

En fin, a pesar de todo esto, trabajar en plataformas, también tiene su lado amable y saben una cosa, yo mejor prefiero quedarme de este lado sintiendo la sensación inexplicable cuando escucho una voz que llama del otro lado del teléfono.

A todos lo plataformeros sin excepción, mis reconocimientos.